Por mérito propio

Mientras mi trabajo mental hacia lo suyo, ya el dolor a la rodilla y del cuerpo había desaparecido…

Mi primer maratón: Un desafío y toda la emoción vivida en menos de cinco horas.

Full MarathonEl deporte en mi hogar siempre fue incentivado por dos grandes motivos, mi padre Moisés, y una fotografía de mi madre vestida de basquetbolista. La primera vez que participe y gane un cross country de 800 metros fue a los 11 años de edad en la escuela básica Villa Berlín. Luego el ingreso a la escuela de deportes del barrio Ohiggins y mi paso al atletismo federado por el club del mismo nombre potenciaron mi estado físico y mental con la práctica de medio fondo y luego con el lanzamiento de bala y disco hasta los 22 años inclusive ya estando en la universidad.

El lema “compatibilizar los estudios, obligaciones del hogar y el deporte”, me hacían pensar que llegaría a ser una atleta “vieja”. Por la gran actividad mi vida de adolescente no fue normal, entrenamientos todos los días mientras los sábados y domingos fueron de competencia, y nada de fiestas. Tras quedar huérfana a los 23 años, debí pasar por una etapa de crecimiento personal, dos hijos, mucha soledad y culminación de estudios universitarios, estabilidad laboral que me llevó diez años lograr, antes de reanudar esporádicamente mi actividad física, que se hizo sostenida a partir de la cuarta década, cuando decidí cambiar mi vida, volver a ser la mujer que fui y con ello volver a tener pensamientos positivos en disfrutar el compañerismo deportivo, muy sano que rodearon de mi infancia y juventud.

Me adueñé de la trotadora del gym de la Cámara de Diputados y ahí proyectaba mi nueva vida corriendo, con 78 kilos hasta llegar a los 72kgs. Un día recibí un mail de mis ex – compañeros del Ohiggins quienes me invitaron a correr los 10 kms de la maratón de Santiago 2008 me prepare dos meses con único objetivo de llegar a la meta los que corrí en 62 minutos. Pero tras la gran emoción vivida inmediatamente mi meta fueron los 21 kms, los que corrí en cinco ocasiones durante el año y medio siguiente. Los abrazos recibidos todo ese tiempo, los incentivos de continuar proveniente de personas muy claves en mi vida laboral y deportiva cimentaron la fortaleza y garra, ellos son Julian Saona, Reinel Bocaz, Walter Grandon, Andrés Santana, Dres. Carmona y Vicuña y Rodrigo Aranda.

Siempre visualicé los 42 kms de la Maratón Costa Pacifico, pero fue concluyente para mi espíritu deportivo la maratón de Buenos Aires en que luego de correr 21 kms., observe en el kms 41 a mis compañeros de fullmarathon y a tantas otros corredores que llegaban dándolo todo en el Maratón.

La preparación de los 42 kms del Maratón Costa Pacifico fue breve, de dos meses, pero, hizo que me olvidara de todo, postergar pruebas en la USACH donde estoy por obtener mi tercer titulo universitario de Ingeniero Comercial con mención en Economia, inasistencias, llegar media hora mas tarde al trabajo, observancia rigurosa del ritual alimenticio, y pesar 65 kgs, los entrenamientos y la constante búsqueda de reafirmación de mi objetivo, de mi locura, mi sueño dorado.

Paralelamente compatibilice el nado por mar abierto y entrenamiento en piscina con Vinicio a las 6.30 de la mañana, actividad que compartí con mis dos hijos. Una semana antes de la maratón cruce a nado los 2000 metros de fullmarChile 2009.

El 6 de diciembre, mi mente estuvo ocupada con una sola canción “si tu me quieres ven a mi”, aquel era el mensaje que me enviaba la Meta y llena de objetivos numéricos, kms 5 en 32 minutos. Los primeros 10 en 1 hora 7 minutos, los primeros 14 kms en una hora 32 minutos, los 21 kms en 2 horas 14, los 32 kms en 3 horas 33 minutos y a partir de aquel momento mi única meta fue hacer una hora 7 en los siguientes 10 kms.

Aquella madrugada, Verónica Faúndez pasó a buscarme a las 5 AM para transportarme hasta Reñaca. Marisol Acuña me acompaño desde el inicio de la carrera desde Puchuncaví en bicicleta, fue como una madre que me acogió y entrego todos los elementos de apoyo para correr tranquila, sin peso adicional, proporcionándome agua por la perdida de sales, los medicamentos para el dolor, preguntándome como iba, indicándome que iba muy bien de ese modo, que haría una buena marca si seguía corriendo a ese ritmo, aquello me proporciono una seguridad tan grande y aplique dolorub unas cuatro veces para el dolor de rodillas.

Ella nos tomaba fotografía en cada tramo se adelantaba para proporcionarnos nuestros requerimientos. Antes de los champiñones me indico “ahora viene la ultima subida es la mas pesada ni la mires”…me prepare psicológicamente y mi emoción, la sentí cuando me dijo en plena subida “ bien Natalia,,,¿quien dijo que Natalia se quedaría en la subida de los champiñones”, le di las infinitas gracias y me eleve, me sentí liviana, casi llore de emoción…me entregaron el gel de los 29 kms y mientras todo aquello acontecía, Walter Grandon corrió sus 10 kms acompañando a Roberto Correa y apenas llegó a la meta se dirigió hasta el kms 30 y nos intercepto bajando de los champiñones y comenzó a correr a mi lado, ya en los 32 kms relevo en bicicleta a Marisol, y me apoyo hasta la meta hablándome, halagando mi enorme tranco, incentivando a pasar a cuanto corredor iba quedando menguante en su paso.

Mientras mi trabajo mental hacia lo suyo, ya el dolor a la rodilla y del cuerpo había desaparecido en el kms 32 y solo quería llegar. Desde el kms 32 comencé a disfrutar el recorrido. Uno que otro aplauso solicitado por Walter, vamos aplaudan a la maratonista….esos aplausos robados hicieron mas seguro mi paso, las fotografías tomadas me obligaban a seguir…comencé a creerme el cuento, cuando en el kms 4.5 de full apareció Cristián Marín y Tito en motocicleta y comentaban mi hazaña “que garra tiene, se pasó, tiene fortaleza, no te preocupes, te vamos resguardando”, luego se constituyó en bicicleta Marisol…y en el kms 3 de full estaban las chicas full Eugenia, Verónica…..y corrió a mi lado Caleb, amigo de Vero, cuando iba en el kms 1.5 de full pasé a tres corredores mas y bueno todo el resto..Erica Arancibia esperaba a unos 200 metros y comenzaron alentarme el pique corriendo a mi lado y fue algo maravilloso, cuando vi a treinta metros la marca que estaba haciendo 4 horas 46 minutos, mis piernas estaban dando lo máximo que podían dar…eleve los brazos y me sentí vencedora, estaba feliz, misión cumplida, lo logre….pensé en mis hijos que no estaban, pensé que mi sueño de correr una maratón ya se había cumplido gracias a Dios, a mi esfuerzo y a la solidaridad en cadena de mis amigos y compañeros, el abrazo de Alejandro, de Marisol, de Walter de Erica, de Fernando, de Verónica…y muchos mas…

Gracias Fullmarathon y Cámara de Diputados por hacer realidad mi sueño

Natalia Bahamondes